Revolución Syriza. Primeras diez medidas del Gobierno griego
En este momento, el situar mínimamente a las personas por encima de los intereses económicos, parece algo revolucionario. Es por esto que lo que ha decidido Syriza debe serlo. Esta es la base de semejante comportamiento transgresor:
- Impedir que los más necesitados se queden sin energía, y con ello que no se queden como hasta ahora sin calefacción ni luz.
- Recuperar el salario mínimo previo a los recortes (751 euros).
- Prohibición de los desahucios (de vivienda única hasta 300.000 euros).
- Reducir el gasto del Estado. Entre otras muchas medidas, vendiendo gran parte de los coches y aviones oficiales así como reduciendo de forma importante su personal de seguridad y eliminando el derecho a coche oficial de los parlamentarios.
- Asegurar el acceso a alimentos de las capas más desfavorecidas.
- Recuperar la sanidad universal. Que nadie se quede sin atención médica o sin los fármacos necesarios.
- Readmitir a los funcionarios irregularmente despedidos por los anteriores gobiernos.
- Reabrir la televisión pública. La información no puede quedar únicamente en manos de intereses privados.
- Potenciar los medios humanos y técnicos de la agencia tributaria para perseguir el fraude fiscal. Especialmente el de las grandes fortunas.
- Modificar el modelo impositivo para hacerlo verdaderamente progresivo. Que paguen en relación a su riqueza los que de verdad tienen con qué pagar.
Este próximo miércoles se aprobarán estas y otras medidas en este plan de choque contra el austericidio. ¿De verdad es revolucionario? Claro que no, porque en gran parte es simplemente volver al punto anterior a la condena impuesta desde la Europa de capital a aquellos que menos culpa tenían. Pero aunque no sea revolucionario… a algunos, que están escandalizados, se lo parece.
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