Los bancos contratan vigilancia 24 horas en decenas de promociones de pisos que no tienen ocupantes.
La burbuja inmobiliaria arruinó a cientos de promotores, destruyó empleos y familias y desfiguró barrios y pedanías. Seis años después del reventón encontramos un paisaje descompuesto, atiborrado de moles de hormigón abandonadas y urbanizaciones fantasma donde merodean chatarreros y, de vez en cuand…
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